La Avenida Chapultepec en
Guadalajara, Jalisco, se ha convertido en un espacio ciudadano donde tiene
cabida la manifestación de vertientes artístico y culturales tan variables como
quienes asisten como espectadores a alguna audición, dígase niños, jóvenes ó
adultos, la posibilidad de disfrutar la ciudad es una experiencia que para
algunos foráneos se convierte en un modo “distinto” de percibir el “status”
citadino.
Por segundo año llegado el mes de
Septiembre se vuelve imprescindible el
motivo de visita de un servidor a la capital del estado, la ocasión
primera allá en 2010 por asuntos laborales, ahora compete por esa necesidad de disfrutar de propuestas sonoras
alternativas en el marco de la tercera edición del “Festival 212” organizado
por la emisora RMX del Grupo Imagen.
Y es que no se puede concebir como
tal una experiencia si no es que se íntegra la oportunidad de la interacción
entre el radioescucha y los sonidos que transmite la frecuencia a la cual es
afín. Interesante ejercicio pues el que ha logrado establecer este proyecto de
comunicación que reúne a tapatíos, jaliscienses y seguidores del concepto en
las plazas que lo conforman: Laredo, Tamaulipas, Torréon, Coahuila, Querétaro,
San Miguel y Celaya, Guanajuato y Rivera Maya en Cancún, Quintana Roo.
Sin duda con la capacidad de
organización y con miras a ser ya una cita obligada en el noveno mes del
año, el desfile de géneros, mezclas, manifestaciones y estilos es tan sólo una
porción del significado máximo de la transformación gradual que ostenta la
convocatoria que ya con fechas previas establece la señal ubicada en el
100.3 de la Frecuencia Modulada.
Así en el trayecto que comprende
la Avenida anteriormente conocida como “Lafayette” entre Justo Sierra y Niños
Héroes, cuatro escenarios dan opción de preferencia para el melómano que busca
y encuentra en su recorrido, ese efecto
siempre novedoso y multisensorial que es estar de pie frente a un estrado con
esos acordes que dan la nota, inconcebible en ocasiones el estribillo que de
algún modo es familiar (por aquéllas "jugarretas" del inconsciente) y seguimos el
coro grupal de los ahí reunidos, el ritmo que probablemente remite a las
referencias e influencias de nombres ya concebidos como íconos o mejor aún en
el mestizaje y eclecticismo que brinda un fenómeno ya globalizado en cuanto a
música se refiere y que es preferente que carezca de “etiquetas”.
En lo que corresponde a quien
esto escribe, priorizamos distancias determinadas según el mapa proporcionado con especial atención de horarios y platós específicos con la intervención de bandas hacia
la predilección personal (los siguientes párrafos narran las condiciones ambientales a las que expuse oídos, vista y gusto en tal continuidad de hechos):
En ese tenor, no dude en ser
parte espectadora en el arribo de “Pato Machete”, precursor de “la avanzada
regia”, causal de un movimiento que posicionó a Monterrey como capital de
importación musical de calidad, con un set centrado en sus trabajos
individuales: “Contrabanda” y “33” el
recorrido tuvo su punto álgido con la inclusión de “Sí señor” original de
“Control Machete” y “Cumbia sobre el río” de la colaboración hecha en el disco
“Barrio Bravo” de “Celso Piña”, y es que al parecer, “Pato” tiene ganado el
terreno preferencial por el público de Guadalajara estimando como un “plus” el
conocimiento de causa de aquéllos que lo identificamos por ocasión inicial en
el primigenio eslabón musical definido por el trío de mexicanos conformado por
Toy Selectah y Fermín IV cuya irrupción en la cultura urbana nacional contemporánea
del hip hop y rap, marca un antes y un después.
Ya instalados en el “Cerro de la
Silla”, cabe hacer mención que el “Escenario Panamérika” recibió a Marcelo
Tijerina, DJ y productor, oriundo del norte del país, avecindado actualmente en
Los Angeles, California, establecido en la escena electrónica/latina/reggae/cumbia/dub con su proyecto “Mexican Dubwiser” y con un historial de colaboraciones que incluye a Nortec Collective: Bostich & Fussible, Kynky, Manu Chao,
Bajofondo Tango Club o Money Mark, durante su incursión mantuvo la
atención permanente de los reunidos, dadas ya las circunstancias a favor, y con
el bloque de treinta minutos originalmente contemplado ahora recortado por
inconveniencias previas a su aparición, no dejó a deber y aún “a contra
corriente” se exhibió una porción de la suficiencia de la banda.
Y hablando de originalidad, uno de
los nombres enlistados como prioritarios para no dejar pasar en este festival, es
el del ya conocido con el mote de “Profeta del Anarco corrido”, ahí en el
“Panamérika”, hizo lo propio, venido desde Chicali, Baja California, el nombre
de Juan Cirerol es una recomendación que ronda ya como indispensable en el
devenir de lo que a presente y futuro protagoniza la demeritada comercialmente música
popular mexicana, ahora ésta entremezclada con el sonido del extinto Chalino Sánchez y el norteamericano Johnny Cash (sí hasta de Rockdrigo González
cabría la anotación), un country-blues
que se mueve hacia lo norteño, con
guitarra en mano y armónica, se trata de un personaje histriónico, “piporresco”, quien alude a los modismos
lingüísticos propios de su región y cuyos temas narran la vida, su vida, que es
tan parecida a la de cualquiera pero con un estilo legible, urbano, tan frecuente que hasta de corridos, esos que
insisten en otorgarles un lugar decente a las sustancias ilegales, sobresalen.
Mención especial merece el dinamismo casi "superhumano" de adaptabilidad y condescendencia del tapatío Chemín Santillanes, virtuoso trompetista que además de compositor, cantante y entertainer nacional, acompañó con notoria consonancia las intervenciones de los locales 3Mother Funkers, Los Master Plus y Dan Solo en foros distintos (entiéndase el fenómeno omnipresente de esta emisión).
Nueve horas contínuas. . .en un ir y venir inagotable de punto a punto, todos identificados por el mismo común denominador, en aleatoria ubicación, algunos en la confluencia de la calle Guadalupe Zuno (Escenario Panamérika), esquina Morelos (Escenario Volaris) y en los portentosos templetes instalados en la Esquina Justo Sierra (Escenario 212) y Niños Héroes (Escenario Telcel), ¿metros recorridos? bastantes, ¿tumultos? no se dude, incluso la incidencia climatológica en una esporádica lluvia que hizo acto de presencia, aún así, al final, el resultado, es la mejor satisfacción.
Mención especial merece el dinamismo casi "superhumano" de adaptabilidad y condescendencia del tapatío Chemín Santillanes, virtuoso trompetista que además de compositor, cantante y entertainer nacional, acompañó con notoria consonancia las intervenciones de los locales 3Mother Funkers, Los Master Plus y Dan Solo en foros distintos (entiéndase el fenómeno omnipresente de esta emisión).
Nueve horas contínuas. . .en un ir y venir inagotable de punto a punto, todos identificados por el mismo común denominador, en aleatoria ubicación, algunos en la confluencia de la calle Guadalupe Zuno (Escenario Panamérika), esquina Morelos (Escenario Volaris) y en los portentosos templetes instalados en la Esquina Justo Sierra (Escenario 212) y Niños Héroes (Escenario Telcel), ¿metros recorridos? bastantes, ¿tumultos? no se dude, incluso la incidencia climatológica en una esporádica lluvia que hizo acto de presencia, aún así, al final, el resultado, es la mejor satisfacción.